domingo, 28 de marzo de 2010

Un tanque con patas y pies de barro. Crítica al erotismo de internet.

Hay días en que mi psique está como encadenada a suelo y paredes, pero la fuerza y seguridad en mí mismo son tales que tiro y me muevo con todo ello, arrastrándolo hacia donde quiero, sin nada que lo evite... excepto la lentitud que provoca dichas ataduras, que me hace pensar cuantas veces necesite un paso antes de darlo, concluyendo en una autoconfianza completa al terminar dicho paso y emprender el siguiente.

Hoy es uno de esos días. Lo que prueba que mi inseguridad crónica es producto de la química corporal: no soy una máquina con rendimiento fijo sujeto a limitaciones físicas, sino un conjunto de reacciones químicas muy complejas que, a día de hoy, nadie puede abarcar y mucho menos comprender. Ni siquiera el mayor interesado: yo.

Por más que le doy vueltas a la cabeza, no recuerdo las circunstancias anteriores que me han conducido a este tan deseado estado anímico para enfrentarme al resto del mundo: alimentos tomados las últimas veinticuatro horas, hechos, proyectos, ocios, lecturas, razonamientos, etc. Lo único que sé es que no es la primera vez que paso por esto, y ésta no será la última vez.

Desgraciadamente, este estado de ánimo no se da con la suficiente frecuencia en mí como para generar en éste mi blog una etiqueta titulada así, "Un tanque con patas", donde escribo con una seguridad en mí mismo aplastante, sin dar concesiones ni opción a nadie, con un tono insultantemente engreído y antipático, que repateará a los tres lectores que todavía me siguen.

Así que aprovecharé este efímero cristal tan férreo por el que estoy viendo la vida, para analizar un hecho íntimo sobre el que llevo días dándole vueltas.

La industria audiovisual erótica tiene para mí una limitación enorme. Como supongo ya sabréis a estas alturas, mi pasado afectivo con el otro sexo es escaso: se pueden contar con los dedos de una mano las mujeres con las que he intimado, tanto física como psicológicamente. Es el plano físico el que ahora cojo para explicar esto.

De adolescente me daba morbo ver mujeres desnudas. En lencería, en revistas X, en cualquier medio de expresión y comunicación. Dicho morbo, y su nula satisfacción, me condujo a una especie de obsesión por coleccionar cualquier imagen que cayera en mis manos, porque si era muy sugerente para mí, me bastaba para provocar la típica respuesta autocomplaciente en lugares y momentos adecuados.

Como decía, en internet ésa es la limitación. Pues abundan muchas, muchísimas imágenes de mujeres atractivas ligeras de ropa, en posturas y miradas sugerentes. Demasiadas. Se satura el centro receptor del menda. Por mucha disponibilidad que se tenga ahora de dichas fotografías o películas, la limitación es evidente.

La sensibilidad que me llevaba de jovencito a recrearme en una sola fotografía hasta el final se ha diluído.

Hace poco, mi ordenador se estropeó. Estuve cerca de cuatro semanas sin poder conectarme en  condiciones a internet ni acceder a mi disco duro. Lo que conllevó una especie de "abstención" forzosa de algo a lo que estaba habituado. Pero la naturaleza seguía su curso. Así que, cuando la necesidad apretaba, recurrí a lo que antaño me funcionaba. Revistas y recortes viejos acumulados en el fondo de un armario.

Con gran sorpresa y agrado, descubrí que mi sexualidad tomaba nuevos e inesperados bríos. La visión de mujeres desnudas de mi lejano pasado íntimo creaba un "acceso directo" a sensaciones que creía olvidadas. Recrearme en una curva de una estupenda señora que llenaba toda la página, en su postura, en lo que mostraba, en lo que ocultaba, en lo que insinuaba y que, antaño hacía desaparecer por unos instantes el mundo que me rodeaba. Eso sí: con clase... pues yo tenía claro que no quería pornografía, sino sólo mujeres desnudas con clase, y en esa línea se desarrolló mi improvisada y ya surtida colección. Dada la limitación de entonces a dichos recursos, seleccionaba lo que más me gustaba: revistas Playboy y Penthouse, alguna que otra High Society, y también (¡cómo no!) abundantes recortes de anuncios de lencería fina de revistas clásicas del corazón :"Hola", "Semana", "La revista", etc. además de algún que otro catálogo "Venca" y "La Redoutte".

Nunca se me pasó por la cabeza deshacerme de ello. Entre otras cosas porque nunca sabría qué giros me daría la vida. Lo más probable es que sería un solterón empedernido, incapaz de establecer relaciones con una mujer... lo preveía entonces. Dichas relaciones las veía como un sitio extraño pero habitual de la que no divisaba la entrada, por más vueltas que diera a su alrededor.

Pues bien, con la vuelta a internet comprobé cómo ese... empuje tan tremendo, candoroso y lleno de detalles se diluía otra vez al acceder a mi surtidísima colección de fotografías y vídeos X virtuales. Hay tantas, y tan buenas y sugerentes, que... no sé con cuál quedarme, no sé con cuál empezar y terminar, siempre pienso que la siguiente foto será mejor, y si no es así, puedo volver a la anterior o seguir adelante, y otra, y otra más... hasta que siento mi erotismo diluído, saturado, mi inspiración debilitada...

¿Veis? Del "tanque con patas" que era al principio de este texto, ya he encarrilado inevitablemente a mi inseguridad de siempre. Mis dudas, mi indecisión, no saber a qué carta o foto quedarme... La inercia que me queda todavía la usaré para darle a "Publicar entrada", antes de frenar y dar marcha atrás o tirar en otra dirección.

Uno de tantos dilemas del típico "solterón-sin-posibilidad-de-ligue" (compasiones por el menda no, ¿ein...? pero muestras de simpatía -o antipatía- sí).

2 comentarios:

  1. A mí no me pareces engreído ni antipático sino bastante sincero.
    Tampoco me parece que seas un "solterón-sin-posibilidad-de-ligue"; simplemente, quizás tengas que buscar más y mejor.
    Creo que a todos nos sucede eso: que unos días nos sentimos seguros y arrolladores como un tanque y otros días somos como un animalillo asustado que buscamos cobijo en algo o alguien seguro.
    Me parege genial que esas imágenes te sirvan para salvaguardar tu líbido, tu erotismo,...después de todo es "otra manera" de vivir la sexualidad.
    Ves? a mí ese recurso no me sirve. Si yo veo tipos musculosos y bien fibrados y proporcionados en algunas imágenes,no me provocan nada, al menos nada sexual o eróticamente relevante. Puedo admirar su belleza, pero nada más.
    A mí me van más los "tipos normalitos" y de ésos ya no hay tantas fotografías.
    Y si el tipo normalito es simpático y me hace reir, entonces sí que me pone! jajaja.
    En fin, Arturo te deseo que esta etapa tan arrolladora te dure mucho; y si no es así, que vuelva pronto otra vez.
    Un beso.

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  2. Gracias por tus ánimos, Belkis. Siempre tan positiva.

    De todos modos, "tipos normalitos" ya los tienes a patadas: sólo debes salir a la calle, pasear y fijarte en los hombres que pasan a tu lado. Eso que tienes a favor...

    ¿No será que lo de hacer reír es más erótico en vosotras de lo que pienso...?

    En fin, una idea interesante.

    Un beso.

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